
Levántate y Reconstruye IV: El Gozo que fortalece

El gozo que fortalece
Introducción
Nehemías no solo levantó muros, sino el corazón de un pueblo que había estado en ruinas física, social y espiritualmente. Los enemigos intentaron frenarlos de todas las formas posibles: burla, intimidación, amenaza. Pero con la ayuda de Dios, en sólo 52 días la muralla fue terminada.
Nehemías 6:15 "Así que el 2 de octubre, a los cincuenta y dos días después de comenzar la obra, se terminó la muralla."
Ante todas las dificultades, ¿qué fue lo que fortaleció a Nehemías para resistir tanto y llegar hasta el final?
Nehemías tenía el gozo de Dios
Nehemías 8:10b "¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del Señor es su fuerza!"
El gozo de Dios no es una emoción pasajera que depende de un buen día, un regalo o un logro. Tampoco es la “felicidad” o placer momentáneo que da una sustancia, personas o lugares; el gozo es un estado permanente que nace de la comunión con Dios, que permanece aun cuando las circunstancias cambian.
El gozo de Dios es el único que está por encima de toda circunstancia.
¿Cómo afectan las circunstancias tu estado emocional?
¿Cómo sueles expresar tu gozo?
El apóstol Pablo había aprendido a vivir con mucho o con poco, con hambre o saciado… y aun así contento.
Filipenses 4:11–13 "11 No que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. 12 Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. 13 Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas."
Es más, como hijos de Dios debemos reflejar gozo, ya que es un fruto en la vida de aquellos que tienen al Espíritu Santo.
Gálatas 5:22 "En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad,"
Después del amor, ya aparece EL GOZO como un resultado del Espíritu Santo en nosotros.
A veces expresaremos ese gozo con gritos de alegría, y otras simplemente con la paz y la calma de saber que Dios está en control.
La teoría suena muy sencilla, pero realmente…
¿Cómo vivir con el gozo de Dios?
1. Congregándonos
Nehemías 8:1–3 "1 todo el pueblo se reunió con un mismo propósito en la plaza, justo dentro de la Puerta del Agua. Le pidieron al escriba Esdras que sacara el libro de la ley de Moisés, la cual el Señor había dado a Israel para que la obedeciera. 2 Así que el 8 de octubre el sacerdote Esdras llevó el libro de la ley ante la asamblea, que incluía a los hombres y a las mujeres y a todos los niños con edad suficiente para entender. 3 Se puso frente a la plaza, justo dentro de la entrada de la Puerta del Agua, desde temprano por la mañana hasta el mediodía y leyó en voz alta a todos los que podían entender. Todo el pueblo escuchó atentamente la lectura del libro de la ley."
En este pasaje de Nehemías vemos que todo el pueblo, hombres, mujeres y niños, se reunieron con el mismo propósito: recibir todos juntos el alimento espiritual que es la Palabra de Dios.
A veces se le da poca importancia al congregarse. Es muy común escuchar la frase: “Yo tengo mi propia relación con Dios”, y si bien eso no está errado, a veces se usa de excusa para llevar una fe individualista. Quien tiene una relación íntima con Dios anhela estar en comunidad, además, es obediente a la palabra que dice:
Hebreos 10:25 "25 Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca."
Salmo 133:1,3b "1 ¡Qué maravilloso y agradable es cuando los hermanos conviven en armonía! ... Y allí el Señor ha pronunciado su bendición, incluso la vida eterna”
¿Qué tan constante eres al congregarte y participar activamente?
2. Alabando, adorando y recibiendo la palabra
Nehemías 8:4–8 "4 El escriba Esdras estaba de pie sobre una plataforma de madera que se había construido para la ocasión. A su derecha se encontraban Matatías, Sema, Anías, Urías, Hilcías y Maaseías. A su izquierda estaban Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana, Zacarías y Mesulam. 5 Esdras estaba de pie en la plataforma a plena vista de todo el pueblo. Cuando vieron que abría el libro, se pusieron todos de pie. 6 Entonces Esdras alabó al Señor, el gran Dios, y todo el pueblo, con las manos levantadas, exclamó: «¡Amén! ¡Amén!». Luego se inclinaron y, con el rostro en tierra, adoraron al Señor. 7 Entonces los levitas — Jesúa, Bani, Serebías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maaseías, Kelita, Azarías, Jozabed, Hanán y Pelaías— instruyeron al pueblo en la ley mientras todos permanecían en sus lugares. 8 Leían del libro de la ley de Dios y explicaban con claridad el significado de lo que se leía, así ayudaban al pueblo a comprender cada pasaje."
Esta reunión tuvo muchos aspectos similares a las que vivimos en las iglesias actuales. Una plataforma, con el propósito de guiar al pueblo, diseñado para que se pueda ver a Esdras. Desde ahí se compartía la alabanza, la adoración y un mensaje, el cuál el pueblo participaba atentamente.
Además de congregarnos, es fundamental participar activamente de cada momento como un solo cuerpo porque eso produce gozo en el corazón de Dios.
3. Recibiendo la gracia y el perdón de Dios.
Nehemías 8:9–12 "9 Luego Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que interpretaban para el pueblo dijeron: —¡No se lamenten ni lloren en un día como este! Pues hoy es un día sagrado delante del Señor su Dios. Pues todo el pueblo había estado llorando mientras escuchaba las palabras de la ley. 10 Nehemías continuó diciendo: «Vayan y festejen con un banquete de deliciosos alimentos y bebidas dulces, y regalen porciones de comida a los que no tienen nada preparado. Este es un día sagrado delante de nuestro Señor. ¡No se desalienten ni entristezcan, porque el gozo del Señor es su fuerza!». 11 También los levitas clamaban al pueblo y decían: «¡Cállense! ¡No lloren! Pues este es un día sagrado». 12 Así que el pueblo se fue a comer y a beber en una gran fiesta, a compartir porciones de la comida y a celebrar con gran alegría porque habían oído y entendido las palabras de Dios."
Cuando Esdras abrió la Palabra y el pueblo escuchó lo que Dios esperaba de ellos, comenzaron a llorar. No era un llanto vacío, era el llanto de quienes reconocen su pecado y su distancia del Señor. Sus corazones se quebrantaron al darse cuenta de cuán lejos habían estado de los caminos de Dios.
Sin embargo, Dios no dejó que se quedaran en el dolor. Él no busca que vivamos en la culpa o en la vergüenza, sino que recibamos Su misericordia y avancemos en libertad. Por eso Nehemías y los líderes les dijeron: “¡No se lamenten ni lloren! ¡Hoy es un día santo!” Este día no era para hundirse en tristeza, sino para celebrar el regreso del pueblo al propósito de Dios.
La gracia de Dios transforma lágrimas de culpa en lágrimas de gozo y el arrepentimiento abre la puerta para un nuevo comienzo.
El pueblo entonces fue animado a celebrar, a comer y compartir, a hacer fiesta, porque habían escuchado y entendido la Palabra. Entender la Palabra no nos hunde, nos levanta.
Dios no solo nos perdona… es más, Él se deleita en nosotros. Él se alegra por nosotros. Él canta por nosotros con alegría.
Sofonías 3:17 "Pues el Señor tu Dios vive en medio de ti. Él es un poderoso salvador. Se deleitará en ti con alegría. Con su amor calmará todos tus temores. Se gozará por ti con cantos de alegría."
Conclusión
Jesús soportó la cruz por el gozo puesto delante de Él: el gozo de salvarnos y estar con nosotros para siempre
Hebreos 12:2 "...Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios."
Ese mismo gozo está disponible para nosotros hoy. Nos sostiene, nos fortalece y nos impulsa a perseverar.