Necesito Oración
Quiero contar mi Historia

Levantate y Reconstruye: "Manos a la obra"

Pr. Fabian Ojeda
12/10/2025

Manos a la Obra

Introducción

Nehemías, al oír sobre la destrucción de Jerusalén, no se quedó en el dolor: lloró, oró, ayunó, y esperó en Dios hasta que llegó el momento de actuar. Su historia nos enseña cómo pasar de la preocupación a la acción. Dios le dio favor, recursos y dirección. Pero nada se reconstruyó hasta que Nehemías y el pueblo se pusieron manos a la obra.

Así también, Dios pone en nosotros el deseo y la capacidad para cambiar realidades pero depende de nosotros que demos pasos de fe y seamos obedientes a lo que Él nos llamó a hacer.

Para lograr la reconstrucción del muro, Nehemías siguió tres puntos claves, y hoy esta guía nos puede ayudar a reconstruir las áreas de nuestras vidas que parecían ser derribadas por los problemas.

¿Qué áreas de tu vida sientes que necesitan ser reconstruidas o fortalecidas hoy?

1. Evaluar la situación

Nehemías 2:11–16 "11 Entonces llegué a Jerusalén. Tres días después, 12 me escabullí durante la noche, llevando conmigo a unos cuantos hombres. No le había dicho a nadie acerca de los planes que Dios había puesto en mi corazón para Jerusalén. No llevamos ningún animal de carga, con excepción del burro en el que yo cabalgaba. 13 Salí por la Puerta del Valle cuando ya había oscurecido y pasé por el Pozo del Chacal hacia la Puerta del Estiércol para inspeccionar las murallas caídas y las puertas quemadas. 14 Luego fui a la Puerta de la Fuente y al Estanque del Rey, pero mi burro no pudo pasar por los escombros. 15 A pesar de que aún estaba oscuro, subí por el valle de Cedrón e inspeccioné la muralla, antes de regresar y entrar nuevamente por la Puerta del Valle. 16 Los funcionarios de la ciudad no supieron de mi salida ni de lo que hice, porque aún no le había dicho nada a nadie sobre mis planes. Todavía no había hablado con los líderes judíos: los sacerdotes, los nobles, los funcionarios, ni con ningún otro en la administración"
Nehemías fue al lugar de los hechos

Antes de comenzar a construir, Nehemías fue de noche a inspeccionar los muros. No se dejó llevar por rumores ni por lo que otros decían, sin embargo, él fue al lugar de los hechos.

No podemos reconstruir lo que no hemos examinado. Dios quiere que miremos con honestidad nuestra vida, relaciones, trabajo o ministerio, y con la ayuda del Espíritu Santo veamos lo que necesita restauración.

¿Qué “murallas caídas” necesitas inspeccionar hoy en tu vida?

Fue acompañado de 4 hombres

Nehemías quería que más personas conozcan la realidad para luego poder escuchar consejos. Los buenos consejos nos protegen de tomar malas decisiones. Cuando somos los únicos conscientes de una realidad, toda la carga queda en uno mismo. Compartir lo que nos está sucediendo es repartir la carga con personas cercanas y de confianza que Dios puso a nuestro alrededor.

Eso no significa que debemos contar todo a todos. Seamos prudentes al hablar.

Desde que Nehemías supo la noticia, habló con el Rey y llegó a Jerusalén, pudieron haber pasado entre 7 a 8 meses, y hasta ese momento él no había hablado con nadie acerca de los planes que Dios puso en su corazón. Hablar en el momento justo y a las personas correctas impide que las personas puedan estropear y criticar lo que fuimos llamados a hacer.

Proverbios 11:14 "14 Sin liderazgo sabio, la nación se hunde; la seguridad está en tener muchos consejeros."
Proverbios 12:15 "15 Los necios creen que su propio camino es el correcto, pero los sabios prestan atención a otros."
Proverbios 15:22 "22 Los planes fracasan por falta de consejo; muchos consejeros traen éxito."

“Somos amos de nuestro silencio y esclavos de nuestras palabras”

2. Dar palabras de ánimo

Nehemías 2:17–20 "17 pero ahora les dije: —Ustedes saben muy bien las dificultades en que estamos. Jerusalén yace en ruinas y sus puertas fueron destruidas por fuego. ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén y pongamos fin a esta desgracia! 18 Después les conté cómo la bondadosa mano de Dios estaba sobre mí, y acerca de mi conversación con el rey. De inmediato contestaron: —¡Sí, reconstruyamos la muralla! Así que comenzaron la buena obra. 19 Sin embargo, cuando Sanbalat, Tobías y Gesem el árabe se enteraron de nuestro plan, se burlaron con desprecio. —¿Qué están haciendo? —preguntaron—. ¿Se rebelan contra el rey? 20 Yo contesté: —El Dios del cielo nos ayudará a tener éxito. Nosotros, sus siervos, comenzaremos a reconstruir esta muralla; pero ustedes no tienen ninguna parte ni derecho legal o reclamo histórico en Jerusalén."

Cuando Nehemías se enteró de la noticia se puso triste, lloró y compadeció por todo lo que ocurrió en Jerusalén. Pero cuando llegó a la ciudad, ya no era momento de seguir lamentándose con quienes estaban viviendo esa terrible realidad, era el momento de animar los corazones para el gran trabajo que tenían por delante.

¿Qué palabras de ánimo o fe te gustaría escuchar hoy de parte de Dios?

“Ustedes ya saben la dificultades en que estamos”.

La gente es consciente de sus propios problemas. Dios no nos llamó para detenernos en la desgracia y hundirnos juntos en la lamentación. Sin embargo, somos llamados a hablar con fe que con Dios, sí se puede cambiar una realidad.

Nehemías hablaba desde la fe.
De su boca salían declaraciones como: ¡Sí se puede! ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén y pongamos fin a esta desgracia!

Y así empezaron la obra.

A veces, aun hablando con fe, el desánimo va a querer fundir nuestros planes. Por eso: Nehemías combate el desánimo hablando de Dios.

Lo primero que el enemigo intentará hacer para detener la obra de Dios es traer desánimo por medio de la burla, el chisme o mentiras. A veces son “amigos” o hasta parientes que intentarán que todo siga igual en tu vida cuando comiences a levantarte. Nehemías no se defendía de las burlas exaltando sus capacidades de liderazgo sino diciendo que sería el Dios de los cielos quien les daría el éxito.

No escuches la voz de quien no tiene ningún derecho sobre tu vida, Jesús pagó el precio para que seamos su posesión adquirida, oigamos solo su voz.

1 Pedro 2:9 "9 Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa."

¿Cuáles son algunas palabras de fe que podemos declarar sobre nuestra situación?

3. Trabajo en equipo

En el Capítulo 3 del libro de Nehemías comienzan los trabajos de reconstrucción. Todo el pueblo se unió bajo un mismo propósito: reconstruir las puertas y las murallas de Jerusalén. Algo que para ellos parecía imposible lo terminarían haciendo en apenas 52 días, porque había unidad, visión, fe y organización.

Todos fueron parte.

Ni la ocupación, ni el talento, ni el sexo, ni el cargo, fueron excluyentes cuando había una misma misión y distribuyendo la carga hicieron posible lo imposible. Independientemente al talento que Dios nos haya dado, la profesión, la edad, nacionalidad, etc. todos tenemos un propósito común, y es predicar a Cristo.

Con ánimo entusiasta.

Vemos a este hombre, Baruc (Neh.3.20) que con entusiasmo hizo más de lo que debía. La gratitud siempre mueve nuestros corazones a dar con generosidad.

Comenzando por casa.

Algunos de ellos se encargaron de reparar la muralla que estaba frente a sus casas (Neh.3.10, 28, 30). Nuestro ministerio empieza en el hogar, en nuestro corazón, en nuestro orden, en nuestro trato con los demás. Para atacar a la iglesia, el enemigo comenzará atacando a las familias, por eso nuestro corazón y nuestra casa deben ser las primeras murallas en ser reconstruidas.

¿Cómo podrías unirte más activamente al “trabajo en equipo” en tu iglesia, en tu comunidad o en tu hogar?

Conclusión

La historia de Nehemías nos recuerda que Dios no solo busca gente que vea los problemas, sino personas dispuestas a hacer algo al respecto. Él ya ha puesto en tus manos lo necesario: Su gracia, Su favor y Su dirección. Pero la reconstrucción empieza cuando decides moverte.

Evalúa tu situación con sinceridad, escucha consejo, sé prudente al hablar, declara fe en medio del desánimo y trabaja en unidad con otros.Así como Nehemías y el pueblo levantaron los muros en 52 días, también puedes ver cómo Dios restaura lo que parecía imposible cuando decides ponerte manos a la obra.


¿Cómo sería tu vida si te pusieras manos a la obra en eso que Dios ya te pidió hacer?

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