Mayor regalo - Pentecostés

Introducción
Hechos de los Apóstoles 1:4 “Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: «No se vayan de Jerusalén hasta que el Padre les envíe el regalo que les prometió, tal como les dije antes.”
Jesús estaba reunido con sus discípulos antes de subir al cielo. Vemos la importancia que Él le daba al tiempo de comunidad en la mesa ya que estaban comiendo juntos (¡que bueno saber que seguiremos comiendo con cuerpo glorificado!).
También vemos que en la obediencia está la bendición porque Jesús les dio una orden, quedarse en Jerusalén. Cuando estamos en el lugar correcto las bendiciones de Dios se derraman sobre nuestras vidas, y aquí Jesús les hablaba del regalo mas maravilloso que todo ser humano puede recibir, Dios mismo habitando en el corazón, ¡el Espíritu Santo!
¿Quien es el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad. Cuando decimos "tercera" no significa que esté en un rango inferior sino es una manera de identificarlo nada más, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un solo Dios, coeternos y coiguales.
Jesús estaba limitado a un cuerpo físico, por eso dijo que nos convenía que se vaya para enviar al Espíritu Santo, que es Él mismo.
Juan 16:7 “En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes”
El Espíritu Santo es el Señor (Jesús)
2 Corintios 3:17 “Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”
El Espíritu Santo es Dios
1 Corintios 3:16 “16 ¿No se dan cuenta de que todos ustedes juntos son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en ustedes?”
Aunque la palabra "trinidad" no esta en la Biblia, el Dios trino se revela así en toda la Escritura, pero sin duda es en esencia un hermoso misterio.
50 días antes de Pentecostés
Nuevo Nacimiento
Los discípulos estaban escondidos, encerrados, con miedo, de pronto Jesus apareció en medio de ellos y les mostró sus heridas, la alegría se apoderó de todos ellos.
Juan 20:22 “Entonces sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo.”
Así como Dios había soplado sobre el primer Adan y dio vida al hombre, aquí Jesús (el segundo Adan) estaba dando nuevo nacimiento a sus discípulos quienes vieron y creyeron en el Cristo resucitado.
Génesis 2:7 “Luego el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló aliento de vida en la nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un ser viviente.”
1 Corintios 15:45 “Las Escrituras nos dicen: «El primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente», pero el último Adán —es decir, Cristo— es un Espíritu que da vida.”
Al creer en Jesús y recibirlo como Señor y Salvador nacemos de nuevo y el Espíritu Santo hace morada en nosotros siendo el sello de garantía que pertenecemos al Señor y seremos herederos de sus promesa.
2 Corintios 5:17 “Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, ¡una nueva vida ha comenzado!”
10 días antes de Pentecostés
Hechos de los Apóstoles 1:3–4 “Durante los cuarenta días posteriores a su crucifixión, Cristo se apareció varias veces a los apóstoles y les demostró con muchas pruebas convincentes que él realmente estaba vivo. Y les habló del reino de Dios. Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó: «No se vayan de Jerusalén hasta que el Padre les envíe el regalo que les prometió, tal como les dije antes.”
Por 40 días Jesús siguió enseñando a sus discípulos sobre el Reino de Dios, y las pruebas de que estaba vivo eran totalmente reales, tanto que en esa generación nadie dudó en morir porque ya sabían por lo que habían visto que existe vida después de la muerte. Fueron crucificados, quedamos, comido por fieras, etc.
Jesús encendió la expectativa de pronto recibirían un regalo del cielo. Así como un niño recibe un regalo, debemos estar expectantes y deseosos de ser llenos del Espíritu Santo. Él nos solo aquí les había hablado del Espíritu Santo, sino que muchas veces antes de morir lo había dicho que el E.S. viviría dentro nuestro
Juan 14:16–17 “Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor, quien estará con ustedes para siempre. Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce; pero ustedes sí lo conocen, porque ahora él vive con ustedes y después estará en ustedes.”
Jesús les dijo que el propósito de recibir el Espíritu Santo es el de ser testigos, esto es, testificar con poder las Buenas Noticias de salvación, a través de nuestras palabras y de nuestro ejemplo.
Hechos de los Apóstoles 1:8 “pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, por toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.”
El día de Pentecostés
Hechos de los Apóstoles 2:1–4 “El día de Pentecostés, todos los creyentes estaban reunidos en un mismo lugar. De repente, se oyó un ruido desde el cielo parecido al estruendo de un viento fuerte e impetuoso que llenó la casa donde estaban sentados. Luego, algo parecido a unas llamas o lenguas de fuego aparecieron y se posaron sobre cada uno de ellos. Y todos los presentes fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, conforme el Espíritu Santo les daba esa capacidad.”
Todos estaban unidos y reunidos en el lugar que Jesús les había dicho, en expectativa y obediencia, y ¡llegó el Espíritu Santo!, el estruendo fue tal que todos los vecinos vinieron a ver que pasaba.
Las personas recibieron el don de hablar en lenguas y las personas de afuera conseguían entender las Buenas Nuevas en sus idiomas natales. La gente recibía conforme el Espíritu Santo les daba. Es Él quien da como y a quien quiere. No debemos afanarnos por recibir los dones pero si desearlos y buscarlos.
Todos fueron llenos del Espíritu Santo, TODOS NECESITAMOS SER LLENOS del Espíritu Santo para hablar con poder de Jesús. Para vencer las tentaciones (así como Jesús cuando fue al desierto para ser tentado estaba lleno del Espíritu Santo) y para cumplir el propósito que Dios tiene para nuestras vidas.
Conclusión
Cuando creímos verdaderamente en Jesús, nacimos de nuevo y RECIBIMOS al Espíritu Santo, quien estará con nosotros para siempre. Lo que sí necesitamos de manera continua es ser LLENOS del Espíritu Santo, y para ello es importante que así como en Pentecostés, obedezcamos a Jesús (leyendo su Palabra sabremos su voluntad) y estemos unidos al cuerpo de Cristo porque el carbón se mantiene encendido cuando esta unido a los demás carbones encendidos.
Cuando Pablo escribió: sean llenos, este verbo está conjugado en un tiempo presente continuo y reiterativo.
Efesios 5:18 “No se emborrachen con vino, porque eso les arruinará la vida. En cambio, sean llenos del Espíritu Santo”
Celebramos Pentecostés para celebrar lo sucedido un día especial donde por primera vez las Buena Nuevas fue predicada y 3000 personas se convirtieron y bautizaron en un solo día, iniciaba la Iglesia de Jesucristo.
Pero ahora podemos y debemos ser llenos del Espíritu Santo TODOS LOS DÍAS!