
Preparados para la Batalla II

Armados y Afirmados
Introducción
Cuando Pablo escribió la carta a los Efesios se encontraba encarcelado en Roma, y seguramente custodiados por guardias en quienes se habrá inspirado para escribir la analogía entre la armadura romana y la armadura de Dios.
Además, los soldados romanos estaban entrenados para jamás retroceder sino mantenerse firme en su puesto aun si era necesario dar su vida. Su obediencia era absoluta. Así como un soldado pero de Cristo, nosotros nos somos de los que retroceden sino de los que tienen firmeza en su fe.
Tengamos siempre presente que en esta guerra Jesús ya venció a todo poder y dominio de las tinieblas en la cruz y que nosotros peleamos desde Su victoria, por eso somos más que vencedores. El enemigo intentará sacarnos de esa posición de vencedores con sus maquinaciones y mentiras, por eso somos llamados a permanecer firmes y protegidos con todas las piezas de la armadura espiritual.
Efesios 1:21–22 «²¹ Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no sólo en este mundo sino también en el mundo que vendrá. ²² Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia.»
Por tanto como soldados vencedores tenemos que estar:
1. Conscientes
Efesios 6:10–12 «¹⁰ Una palabra final: sean fuertes en el Señor y en su gran poder. ¹¹ Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo. ¹² Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.»
a. Nuestra fuerza viene del Señor
Solo somos fuertes en el Señor. Estar en Él significa ser parte de su cuerpo, estar conectados en la vid. Nos debilitamos cuando nos alejamos del Señor, dejamos de congregarnos y nos distanciamos de quienes aman al Señor. Además, cuando estamos en el Señor opera en nosotros Su gran poder. ¡Si estuviste lejos, ahora el día de volver!
Isaías 40:29 «Él da poder a los indefensos y fortaleza a los débiles.»
Filipenses 4:13 «Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.»
b. El diablo no improvisa
El diablo es estratega, maquina para hacernos caer de nuestra posición de fe y desviarnos del propósito de Dios, él no improvisa. Uno no cae de golpe, identifiquemos que nos está lentamente enfriando o apartando.
c. Nuestra lucha es espiritual
Mientras perdemos energía peleando con personas que poco conocemos o con quienes más amamos, destruyéndonos, rompiendo relaciones hermosas y poderosas, si pudiéramos ver, allí está un demonio burlándose de que no discernimos cuando metió una mentira, nos sugirió a reaccionar en la carne. Ojo, el solo insinúa, luego ya somos nosotros dando total rienda suelta a nuestra carne, lengua, violencia, etc. ¡Identifiquemos rápido y no le demos lugar!
No peleamos con personas sino contra principados, potestades, gobernadores y huestes de maldad. Satanás no puede estar en todas partes al mismo tiempo por eso trabaja con diversas jerarquías entre los demonios, que operan continentes, países, hasta las huestes que son los demonios ejecutores de maldad.
2. Armados
Efesios 6:13–17 «¹³ Por lo tanto, pónganse todas las piezas de la armadura de Dios para poder resistir al enemigo en el tiempo del mal. Así, después de la batalla, todavía seguirán de pie, firmes. ¹⁴ Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza de la justicia de Dios. ¹⁵ Pónganse como calzado la paz que proviene de la Buena Noticia a fin de estar completamente preparados. ¹⁶ Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo. ¹⁷ Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios.»
Es fundamental ponernos todas las piezas de la armadura pues cada una de ellas protegen un lugar donde que el enemigo buscar atacar, pero además nos da el poder para resistir y ganar cada batalla.
La armadura no es opcional, es vital
a. Cinturón de la Verdad
El cinturón sostiene toda la armadura, sujeta la coraza de arriba, la protección inferior, sostiene la espada y demás armas. El cinto romano les daba identidad como parte del ejercito, nosotros somos de Cristo, esa es nuestra identidad.
Juan 14:6 «Jesús le contestó: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.»
Jesús no vino a mostrarnos sobre la verdad, Él es la verdad. Sabemos que cada palabra y cada promesa se cumplirá. Cuando el enemigo venga con mentiras respecto a nuestra identidad, propósito, venga con acusaciones, relativice la Palabra, estaremos fuertemente ceñidos de la verdad y toda nuestra armadura permanecerá firme.
b. Coraza de la Justicia
La coraza es la protección que va en el pectoral, protege órganos vitales principalmente el corazón.
Proverbios 4:23 «Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque éste determina el rumbo de tu vida.»
El enemigo intentará que tengamos raíz de amargura, falta de perdón, y todo tipo de contaminación en nuestro corazón; y si nuestro corazón está mal todo nuestro proceder y hablar lo reflejará.
La coraza es de la Justicia de Dios, y lo que nos protege el corazón es saber que ya no somos justificados por las obras buenas o malas que podamos hacer, ahora somos justificados por la fe en Jesús . Dios nos dio un nuevo corazón limpio, somos libres del pasado y de la culpa. Hacemos las buenas obras porque fuimos aceptos y no para ser aceptos.
Estemos a cuenta con Dios cada día y vivamos en la gloriosa libertad de ser sus hijos.
Filipenses 3:9 «…Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo. Pues la forma en que Dios nos hace justos delante de él se basa en la fe.»
c. Calzados del Evangelio
El calzado es elemental para poder pisar confiados, marchar en todo tipo de terreno. El evangelismo es una poderosa arma de guerra pues literalmente rescatamos almas de las tinieblas a la luz de Jesús.
Evangelio significa «Buenas Noticias» o buenas nuevas. ¡Ese es nuestro mensaje! Tenemos que hablar a tiempo y fuera de tiempo del mensaje más importante que puede existir, hay vida eterna en Jesús!
Romanos 10:13–15 «¹³ Pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo». ¹⁴ ¿Pero cómo pueden ellos invocarlo para que los salve si no creen en él? ¿Y cómo pueden creer en él si nunca han oído de él? ¿Y cómo pueden oír de él a menos que alguien se lo diga? ¹⁵ ¿Y cómo irá alguien a contarles sin ser enviado? Por eso, las Escrituras dicen: «¡Qué hermosos son los pies de los mensajeros que traen buenas noticias!».»
d. Escudo de la fe
El escudo es arma de protección y de mantener posiciones. El escudo debe mantenerse siempre delante nuestro pues el enemigo lanza las flechas inflamadas de dudas, mentiras, chismes, desde donde y cuando menos lo esperamos.
Firmes en la fe, no podemos retroceder. Circunstancias o noticias adversas pueden venir pero seguimos viendo lo que no se ve, y creyendo hasta ver lo invisible.
Hay luchas que atacan la fe de un ministerio, iglesia, equipo. Así como el ejercito romano, juntaban todos los escudos y hacían un muro de protección, debemos unirnos en fe para ganar batallas que atacan a todo el cuerpo.
Hebreos 11:1 «La fe es la confianza de que en verdad sucederá lo que esperamos; es lo que nos da la certeza de las cosas que no podemos ver.»
e. Casco de la Salvación
Sabemos que el casco protege la cabeza, y es el cerebro el órgano que dirige todos nuestros movimientos y pensamientos, por ende, nuestro actuar.
La salvación, para quien cree en Jesús es una certeza, una seguridad absoluta, y Dios quiere que caminemos en esa confianza.
1 Juan 5:13 «Les he escrito estas cosas a ustedes, que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.»
El enemigo busca instalar la dudas en nuestra mente en cuanto a la salvación y en todo cuanto dice la Palabra. Su propósito es que vivamos con temores e inseguridades, mientras que el perfecto amor de Dios echa fuera todo temor. Si nuestra fe es genuina no viviremos en pecado sino a cuenta con Dios y seguros de nuestra esperanza viva.
f. Espada del Espíritu
La espada es arma de defensa y ataque. Nuestra espada del Espíritu es la Palabra de Dios. La única manera de usar la espada hábilmente es leyendo nuestra Biblia, si ella está mente la podemos desenvainar en la boca para usarla en el momento del ataque.
Satanás atacó a Jesús en el desierto con las escrituras, pero fuera de contexto, sin filo, y Jesús contraatacó también con las escrituras pero con poder.
La Palabra es la espada que vence al diablo y también vence a nuestra carne para desnudar las intensiones más profundas del corazón.
Hebreos 4:12 «Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos.»
Unidos
Efesios 6:18–20 «¹⁸ No se olviden de orar. Y siempre que oren a Dios, dejen que los dirija el Espíritu Santo. Manténganse en estado de alerta, y no se den por vencidos. En sus oraciones, pidan siempre por todos los que forman parte del pueblo de Dios. ¹⁹ Oren también por mí, y pídanle a Dios que me dé el valor de anunciar el plan que él había mantenido en secreto. ²⁰ El Señor me envió a anunciar ese plan, y por eso estoy preso. Pídanle a Dios que me dé el valor de anunciar sin ningún temor la buena noticia.»
La oración es elemental en la guerra espiritual. Es nuestra comunicación directa con el Supremo General Jehová de los Ejércitos. Esta debe ser nuestro estilo de vida, orar en todo tiempo y por todo, a Dios jamás le cansamos, al contrario, pago un precio muy alto para que tengamos ese acceso.
Necesitamos estar todos comunicados y unidos en oración en un mismo sentir porque sin comunicación el ejercito pierde dirección.
Debemos:
- Orar guiados por el Espíritu Santo. Ser sensibles a su dirección en nuestra oración.
- Orar por todos los hermanos: Estemos atentos a la necesidad y pedido de oración de nuestros hermanos. Cuando el Espíritu Santo trae un nombre a nuestra mente, oremos por esa persona.
- Oremos por nuestros líderes espirituales, para que Dios les de valor, denuedo y abra puertas para que la buena noticia siga siendo predicada.
Conclusión
La armadura de Dios nos permite pelear en Sus fuerzas y no en las nuestras. Cada pieza es vital para mantenernos firmes, resistir al enemigo, y avanzar con el Evangelio. Resistimos y nos posicionamos firmes entendiendo que en Cristo TODO ES NUESTRO, todas las promesas son para nosotros. Satanás no tiene ningún territorio más allá del que consiga con engaño. Por eso sigamos firmes, sigamos creyendo, porque Jesús ya ganó todo y ¡en Él somos más que vencedores!